Función de la fobia en la infancia. Anita Izcovich

Seminario La clínica y sus debates

LA ANGUSTIA EN LAS ESTRUCTURAS CLINICAS

Desgrabación de la clase de Anita Izcovich “Función de la fobia en la infancia”

 

Voy a desarrollar la cuestión de la función de la angustia en la fobia como Lacan lo demuestra bien en el seminario “La angustia” y también en el seminario “La relación de objeto”.

Mencionaré que el título de nuestro tema que trabajamos en el colegio clínico de Francia es la cuestión, como lo decidimos hace pocos días, de “la fobia y los pánicos de hoy”. Lo decidimos la semana pasada, el sábado de la semana pasada. Finalmente es el tema del año del seminario de la clínica. Es para decir, que vosotros lo habéis encontrado antes que nosotros, antes del sábado de la semana pasada.

Me preguntaré también si hay la misma fobia hoy que antes.

 

Bueno, Lacan dice que en el libro de Freud de “Inhibición, síntoma y angustia” se habla de todo pero no de angustia. ¿Por qué dice eso? Porque es difícil hablar de la angustia, porque es difícil decir qué es la angustia. Es más fácil decir qué es la inhibición, qué son los síntomas. Es más fácil decir algo de lo que tiene una materia que de la angustia en la que no hay materia. Materia significante no hay en la angustia pero en la inhibición y en el síntoma hay una materia.

 

El sujeto busca, construye su deseo sobre el deseo del Otro. El sujeto toma al Otro como el objeto desconocido para su deseo. Finalmente, hay el sujeto, hay el Otro y el movimiento constante del sujeto es partir de su lugar de sujeto buscando el significante en el lugar del Otro y después hacer algo de su substancia de sujeto con este significante tomado en el lugar del Otro.

 

Pero es desconocido el significante que está en el lugar del Otro y eso es lo que produce angustia. Porque es algo que no se sabe, es algo desconocido. Lacan hace una diferencia entre la angustia que es sin objeto y el miedo que tiene un objeto. La angustia de castración está en el lugar de la falta donde algo puede aparecer. La angustia de castración corresponde al -fi. Pero la angustia de castración es una angustia sin objeto, la castración, el -fi, el falo, es difícil de pensar, de subjetivar, el falo es algo desconocido. El falo es algo en algún lugar, pero es un lugar de ausencia, ausencia porque hay el falo simbólico y el –fi se encuentra en un lugar de ausencia. Todo eso concierne a la angustia, a la angustia sin objeto y también a la angustia de castración.

 

Y ¿por qué hay una angustia de castración? Porque el sujeto neurótico hace de su castración lo que falta en el Otro. Y es así que el sujeto se hace la garantía de la función del Otro para asegurar que existe el Otro, que hay goce en el lugar del Otro. Es eso el –fi, quiere asegurarse de que hay goce en el lugar del Otro, pero ¿con qué se encuentra? Se encuentra con que falta el goce y que hay que hacer con el -fi.

 

Lacan menciona en “Inhibición, síntoma y angustia”, que la angustia es la reacción, la señal a la pérdida de un objeto, la pérdida del pene, la pérdida del amor del superyó. ¿A qué corresponde el amor del superyo? Lacan dice que el sujeto lo que que teme no es el fracaso, es el éxito. Lo que se teme no es l’échec, el fracaso, sino el éxito, “la réussite”. Lo que no falta es lo que el sujeto teme. Se cree que es lo inverso, que lo que se teme es lo que falta, pero es lo que no falta.

 

Eso es para explicar, para desarrollar cómo la angustia se localiza sobre la ausencia de objeto. Y Lacan dice que la angustia no es el signo de una falta sino de algo que hay que concebirlo como redoblado, algo que es la falta del apoyo que produce la falta. Es la falta que redobla a la falta. Y es la falta del Otro que produce la falta. Es una manera de representar la falta del Otro.

 

¿Cómo empieza la fobia del pequeño Hans? Es algo que no está ubicado sobre el hecho de que la angustia estaría en relación con la prohibición por la madre de prácticas masturbatorias sino que el niño vive la presencia del deseo de la madre por él. Porque, podemos pensar que cuando la madre de Hans dice que está prohibida la masturbación, podemos pensar: “va a decir que no, va a introducir la ley del no”. Pero Lacan dice que son todo el tiempo cosas sutiles porque es al contrario. Podemos pensar lo que dice Lacan de esta manera: cuando la madre dice eso a Hans, que padece la prohibición de la masturbación, es al contrario.

 

Para la madre es una manera de decir que se interesa por la masturbación y que la prohibición finalmente es tentación. No es una pérdida de objeto, como podríamos pensar, sino que dice que no hay que perder el objeto de goce. No es una pérdida de objeto, es la presencia de los objetos. La madre de Hans dice “bueno ¡muy bien la masturbación!”, es una manera de decir sí diciendo que no, diciendo “ah, yo pongo mucho interés en la cuestión de la masturbación”. No es una pérdida de objeto sino que es introducir la presencia de los objetos. No hay una falta de objetos.

 

Esto concierne a la fobia, Lacan lo dice para Hans. Yo he hallado que eso concierne a la fobia pero también a la duda del sujeto obsesivo que lucha contra la angustia con ilusiones, engaño, con el significante como posibilidad de engaño. Y la manera de dominar el fenómeno por el pensamiento es hacerlo engañándolo, reproducirlo, redoblar el fenómeno, hacer del fenómeno un significante falsificando el libro de las cuentas. Hay la angustia, la angustia por demasiados objetos. Puede haber una ausencia de objetos pero hay demasiados porque el sujeto de la fobia y el sujeto obsesivo falsifican el libro de las cuentas. Es la cuestión de un significante que está “en trop”, que esta de más o “au moins”, que está de menos.

 

Producir un síntoma en una obsesión o en una fobia es hacer una lógica con ecuaciones. Lacan dice eso y busca cuales son las ecuaciones para el pequeño Hans. Afirma que cuando el pequeño Hans dice “todos los seres humanos tienen un falo”, es una proposición afirmativa universal que tiene sentido únicamente porque es una definición de lo real a partir de lo imposible. Porque es imposible que un ser humano no tenga falo para Hans.

 

La función de la lógica, de la lógica de establecer ecuaciones, es hacer que lo real tropiece continuamente con lo imposible. Y cuando el pequeño Hans descubre que hay seres humanos que no tienen el falo, como la mamá, como las niñas, la consecuencia lógica es que no hay seres humanos, que no existen seres humanos y eso produce la angustia. La angustia es que cuando se hacen las ecuaciones, hay algo que dice que no hay algo.

 

El paso siguiente es eso. Lo más fácil es decir que ese que no tiene un falo tiene un falo. Tiene un falo “envers et contre tout”, de todas maneras. Es porque tienen o van a tener el falo que serán vivientes. Es el principio de la construcción significante, es el principio de la cadena significante. Y es la angustia que va a permitir la construcción de la cadena significante. De este lado es una buena cosa tener angustia porque es lo que permite la construcción de la cadena significante.

 

Eso no es lo que circula en el ambiente cotidiano. No se dice “muy bien! muy bien!, este niño tiene angustia y es una buena cosa”. Pensamos: “no, es malo”. Es bueno en el sentido que le permite construir su cadena significante y es verdad que si los padres encuentran la posibilidad de que el niño pueda decir más, hablar de lo que va a permitirle atravesar la angustia, está bien. Si el psicoanalista, como es su trabajo va a permitir atravesar la angustia, está bien también.

 

Finalmente fue la posición de Freud, que dijo al padre de Hans: “Bueno usted va a tomar notas y vamos a encontrar juntos, los dos”, (el padre y Freud), qué le pasa a Hans y qué hay que decir como padre para permitir a Hans encontrar su cadena significante, con su angustia.

 

En la angustia se juega algo que es la función de señal en relación a algo que pasa en el sujeto con el objeto a y la cuestión del fading.

Al decir eso Lacan dice que la estructura de la angustia no está lejos de la estructura del fantasma porque la angustia tiene una función de señal en relación a algo que pasa por el sujeto. El sujeto está dividido por la angustia que pone una barra sobre él. El sujeto, que pensaba que todo era posible, que el goce era accesible, siente la angustia, siente la barra de la inhibición del síntoma y va a buscar el objeto a al lugar del gran Otro. Va a desaparecer por la angustia. Es el fading, la desaparición del sujeto, pero va a buscar el objeto a y con la cadena significante va a hacer la construcción de su fantasma.

 

Es la señal que corresponde a la intervención del objeto a y es la angustia que produce la señal. Cuando la madre dice a Hans “si haces eso con tu pene lo cortaré”, produce la angustia y Hans la pone en el campo de la operación lógica del objeto común intercambiable. Cuando la madre dice “vamos a cortar el pene”, es una forma de decir que el pene entra dentro de las manos de la madre que le dice “voy a cortarlo” y es de esta manera que el pene deviene un objeto intercambiable. Es un acceso al objeto. Lacan dice “su handen haite” que quiere decir hacer algo con las manos, en francés es “maniabilité”, manipulación. Cuando la madre dice eso, es como decir que el objeto pene va a entrar en una cadena significante, que el pene va a ser manipulado en las manos de la madre y Hans va a deducir consecuencias lógicas para articular los significantes de la cadena.

 

El objeto va a “servir a”. Lacan dice que el pene deviene un utensilio a circular entre el sujeto y el Otro. Es el objeto que Hans va a perder para poner un nombre sobre él, un significante, en un montaje de significantes. Bueno, la madre dice eso pero luego vamos a ver qué dice el padre.

 

Lacan dice que hay 2 tipos de objetos: los objetos que pueden intercambiarse o compartirse y los objetos que no pueden intercambiarse y si se intercambian es en la concurrencia y la rivalidad. Este segundo tipo de objeto está en relación a la primera identificación a la imagen especular, en la hiancia de la imagen donde el sujeto no puede reconocerse. El objeto está implicado en la relación al semejante. El objeto es “o tú o yo”, y este primer tipo de objeto es imposible de inscribirlo en una cadena significante. Eso es la psicosis. Y si pensamos en el ejemplo del personaje de Horla de Montpassant hay la imagen del semejante, del doble que penetra en su casa para robar sus objetos. Y no es angustia, es pánico porque no es la madre que viene a decir “yo voy a cortar o alguien va a cortar el pene del goce”. No hay pene del goce es que alguien penetró en la casa y robó el agua del vaso. Es robar el agua, no es robar el pene, es penetrar dentro del límite del cuerpo. Ese es el primer tipo de objeto.

 

El primer tipo de objeto son los objetos que pueden intercambiarse. Los objetos que Lacan dice “cotables”, la cote es el valor. Es más que coste, es el valor, es dar un “cote”, un índice de valor, como “la cote de la bourse”. Costar es otra cosa, es evaluar el esfuerzo de lo que cuesta en el cuerpo y eso es del lado del sujeto que sufre. Se trata de lacote” del objeto que es variable (cotización) del objeto que es variable. Lacan afirma que para el pequeño Hans, cuando surge la angustia puede ir del lado de los objetos “cotables” y de intercambio. Hay que repartirse los objetos “cotables” y de intercambio entre la madre y el padre. Y es eso lo que va a permitir construir su posición edípica. (comentarios en la sala). Sí es el valor, porque es una medida de goce. Es dar un valor a mi goce. Cuando la madre dice”no hay que masturbarse” Hans piensa en su inconsciente “Ah!! qué valor de goce mi madre da a este pene“. Y es por eso que después cuando Hans sale del baño, y su madre lo seca Hans le dice “¿porqué no tocas el pene?” y la madre dice “yo no voy a tocarlo porque es porquería”. Y Hans dice “pero es muy divertido”. Eso es el intercambio del objeto entre la madre y Hans.

 

Y esta noción de intercambio viene de toda la teoría que Lacan desarrolló del intercambio de las mujeres, que extrajo de Levi-Strauss y que retoma con el mito de “Tótem y tabú” de Freud, con el inconsciente, que no está en la obra de Levi-Strauss. Lo que Lacan toma de Levi-Strauss es la cadena significante de cómo se intercambian las mujeres en una sociedad. Eso es algo significante y Lacan añade la cuestión del el mito de Tótem y tabú, el inconsciente. Es decir que hay una regulación, se regula en un tabú, en una prohibición de goce y es una manera de inscribir el goce en el objeto que es cotizable y que va a intercambiarse. Y eso va a ir del lado del nombre del padre.

 

La angustia interviene como señal de que los objetos aparecen y desaparecen y están perdidos. Hay que perderlos para reconocerlos. Para el padre son cotizables también porque el padre hace nada con su función de padre y guarda sus objetos fálicos para él sin intercambiar con su niño, le hace dormir adentro y así “ça fait monter sa valeur de bourse” hace subir el valor de la bolsa. Y Freud interviene para cortar el goce de la madre, del padre, y del pequeño Hans también.

 

La angustia está en relación a la pérdida de los objetos. Está situada en lo real y va a permitir acceder al advenimiento del sujeto, su desconocimiento y reconocimiento también. Lacan dice que la función de la angustia es una función medianera, que está en el medio, entre el sujeto y el Otro y que la angustia se sitúa en la hiancia entre el deseo y el goce, porque es con la angustia que el sujeto puede acceder a su deseo y a inscribir su goce en su deseo. Permitir al goce condescender al deseo. Es por eso que la fobia se estructura sobre este objeto que está localizado en la caída. Y es el objeto a del fantasma que va a servir de soporte del deseo.

 

La angustia, Lacan insiste mucho sobre este punto, aparece no porque hay falta de objetos sino porque hay un más de objetos, hay demasiados objetos. Y el problema de Hans es que él está frustrado de nada. Se dice así, porque está frustrado de un objeto que es nada. Y es de esta manera que Hans está pegado a su madre y se ofrece como objeto de satisfacción para su madre. Se piensa como el falo de su madre y cree que la madre es fálica como las otras niñas. Hay demasiados objetos y demasiado falo porque Hans ve el falo por todos lados. Las niñas tienen falo, su madre también. Su madre tiene un gran falo como los caballos que tienen un gran falo. Por eso el miedo a los caballos es que van a morderlo. Pero morderlo es una manera de pensar que es el otro que va a morderlo. Después el trabajo significante de Hans, es que va a declinar que la madre tenga un gran falo como los caballos. Va a pensar que la madre que tiene un gran falo, va a perderlo. Va a perder este objeto, el objeto falo. Vamos a ver cómo va a perderlo.

 

La manifestación de goce en el pene hace que éste empiece a devenir algo real y aparece la pulsión, que algo se mueve. Eso es una trampa. En este punto aparece la angustia, es la angustia de no saber, dice Lacan, donde él está, porque Hans está suspendido sin saber dónde está. Es eso la angustia, la angustia de no saber dónde va a poder encontrarse.

 

La manifestación del fenómeno de goce corresponde a la pulsión y al pene real, que pone en juego lo que él es y lo que no es. La angustia corresponde a eso. Hans está confrontado a la hiancia que hay entre responder a la satisfacción de corresponder a una imagen para la madre y tener algo de real a presentar, Lacan dice, “cage”, en efectivo. Lacan dice que en este punto hay algo importante en juego. En sus tentativas de seducción, que están prohibidas por su madre, se juega algo decisivo porque lo que él tiene para presentar a su madre es miserable. Lacan dice eso: está capturado, es la víctima, un elemento de la pasividad en juego, donde él está sometido a las significaciones del otro. Lacan dice algo muy interesante que es que en este punto tiene su origen la paranoia.

 

Cuando el niño está suspendido a lo que el otro quiere de él, que son sanciones de su suficiencia o insuficiencia, y si el término padre simbólico no interviene, el niño se queda en la situación de estar captado completamente en la mirada del otro, como la mirada de la mantis religiosa.

 

La paranoia consiste en pensar todo el tiempo que el otro quiere algo de él y que lo persigue. Y es en este punto que se produce o no el viraje para considerar que el otro quiere algo de él y entra en la paranoia cuando no puede inscribir los objetos de la cadena significante, pero cuando el niño se inscribe en la neurosis se considera como miserable, cautivo, la víctima por estar captado en el deseo del otro. Cuando el niño pone objetos de intercambio que inscribe en la cadena significante, el objeto fálico, se inscribe en la estructura neurótica. Es por eso que Lacan dice que la fobia es una manera de inscribirse en la estructura y de hacer de la angustia algo que va a inscribirse sobre el intercambio, y la “cote” de los objetos fálicos que va a intercambiar con la madre, después con el padre. Vamos a ver cómo, con el padre.

 

(Intervención de Montse Chacon: Entonces en la psicosis no habría intercambio. El objeto está en el bolsillo.

A.I. Si, exactamente. Es eso que produce los pánicos. Porque no hay objetos a intercambiar, que van a apaciguar. Y es la angustia que introduce una respuesta que es salvar al niño de la paranoia, con el significante fálico.

 

¿Cuál es, a que corresponde el mecanismo de la fobia? Cuando Hans encuentra la pulsión sexual del juego imaginario, del engaño fálico, se produce en el caso de la neurosis, de la fobia, una regresión dice Lacan, se produce un cortocircuito que conduce a Hans a caer en la hiancia de ser devorado por la madre. Pero la primera vestimenta de la fobia es con el caballo que muerde. Lacan habla de vestimenta porque dice “hay la angustia de lo real y hay que vestir lo real”. Hay que vestir es una manera de tapar la hiancia, de llenarla, de envolverla

 

Lacan se pregunta: ¿ por qué los objetos de la fobia son animales? Es verdad, yo tenía una paciente de 6 años, una niña que tenía una fobia a los árboles, que finalmente no fue una fobia. Los árboles no son animales, no son seres animados por un deseo. Porque hay un deseo en un animal, un árbol no tiene deseo. Y es por eso que fue, no una fobia sino un pánico de un sujeto psicótico porque no hay razón subjetiva significante de tener angustia con los arboles, no muerden los arboles, no es un sujeto animal que tiene el deseo de morder al otro. Es vegetal, la vegetación es (de otro orden)

 

Es por eso que Lacan afirma que son animales porque pertenecen al orden simbólico. Puede ser leones, perros, lobos. Pertenecen al orden simbólico. Hay una madre animal, un padre, hay niños que salen de un padre y una madre. Hay un orden simbólico.

 

Lacan dice: que los caballos finalmente tienen una función de “armoiries”, escudos de armas, como había en la Edad Media, algo de un tótem, de una representación, de un blasón, de emblemas. Y los animales son eso para Hans. ¿Por qué? Porque inscribió su angustia en esta materia, con significantes. Y es por eso que Lacan dice “Hans tiene miedo. Eso no es la angustia porque la angustia es sin objeto. Es un “effroi”, pavor del objeto específico, privilegiado, que es el caballo, donde la presencia simbólica está ya en el discurso de la madre, cuando Hans dice mi mama tiene un gran pene como un caballo. Lacan dice que es la madre quien produjo eso porque es una madre que se cambia de bragas delante de su hijo, y añade que se ve la metonimia del falo cuando la madre hace eso que es una manera de decir a Hans: “en las bragas hay un pene de caballo”. Sí, es una manera de decirlo y es este deseo, esta manifestación del deseo que pone a Hans en una captura imaginaria, que es un miserable, que esta captado por esta trampa de la madre. Hay que hacer algo con estos objetos significantes y fálicos, si no se pierde en la estructura de la paranoia.

¿Cuando se manifiesta la angustia? Esta vez, no es para construir la fobia con objetos fóbicos, sino para “soigner”, para curarla. Lacan dice que cuando Hans duerme, se despierta y dice a su madre “vas a andarte (irte) o a su padre “si te vas, ¿qué voy a hacer?” Tenía una gran angustia en este momento.

 

También se juega algo muy importante porque Hans deja un poco de lado este objeto de armas, de blasón, pero se pregunta cuál es la función de la madre y cuál es la función del padre, si la madre se va, es decir, si interrumpe su acción de cambiarse delante de su hijo y si su padre también se va, si no hace su función de padre, si la madre pierde su goce con Hans y si su padre pierde esta manera de no hacer su función de padre. Eso es muy importante, porque es una angustia para que Hans pueda mesurarse con cuál es la función de la madre y cuál es la función del padre. Este es otro trabajo, es diferente del trabajo de construir el objeto fóbico. Se trata de separarse, ir en la dirección de separarse del objeto de la fobia.

 

Freud dice y Lacan también, que el padre pregunta a Hans, lo que le da miedo, lo que le produce el miedo. Lacan dice “Hans no puede decirlo porque eso es imposible de decir”. Es importante para el psicoanalista que trabaja con niños porque no hay que insistir por el lado de “dime por qué, dime por qué”, pues hay un momento indecible, imposible de decir. Hay que situarse sobre el intercambio de objeto con el goce de la madre y con el padre que no interviene, también. Es eso. Cómo se corta o no se corta el goce. Se trata de eso en la dirección de la cura. No es “dígame, dígame” porque es imposible de decir.

 

Hasta este momento, el niño estaba del lado de la madre, con un lazo profundo, incestuoso con la madre. La cura de Hans con Freud, que habla con el padre y que le dice qué hacer, cómo intervenir, es introducir el padre real. El trabajo de Freud es hacer intervenir el padre real y considerar los caballos como una sustitución del padre real, del padre que, con la ayuda de Freud, va a intervenir como un padre real. ¿Cómo lo va a hacer? Freud permite al padre introducir la angustia pero es una angustia que va a posibilitar que Hans salga de la fobia y perder los objetos fálicos de goce.

 

Vamos a ver las varias intervenciones del padre de Hans. El padre dice a Hans que la madre y las niñas no tienen pene como el caballo. Es una primera intervención, es la primera vez que dice: lo que te muestra tu madre que te hace creer que tiene un falo, es falso. Soy el padre que sabe, que yo tengo el pene. Tú también porque eres un varón como yo y es falso lo que te hace creer tu madre. Bueno, muy bien pero antes de que Freud interviniera, el padre no ha tenido en su estructura, en su subjetividad que la función de padre es hacer eso.

 

Dice también “está prohibido ir a la cama de tu mamá”. No lo dijo antes tampoco y corresponde al momento en que Hans dice “y si yo pierdo a mi mamá… y si yo pierdo a mi papá…”. Es en este momento cuando el padre dice “está prohibido ir a la cama de tu mamá”, que Hans habla de la jirafa grande y después que hay que arrugar la pequeña jirafa sentándose sobre ella. Eso es interrumpir la cuestión de creer que su mamá tiene un gran pene como los caballos. No hay más la gran jirafa, hay una pequeña, hay pene grande, hay pene pequeño y este se arruga. Es una manera de echarlo, es algo que hace perder el goce con la madre. Después Hans dice que él y su padre han hecho algo prohibido y que la policía los busca. Son angustias, pero son angustias de pérdida de goce. Hay también la cuestión del caballo que cae y Hans tiene miedo que su papá caiga y se muera. Más tarde Hans dice a su papá que él no quiere a la madre, que quiere al padre. Es también un viraje porque es como decir: yo estoy del lado del padre con la prohibición de no ir del lado del goce de la madre. Después Hans desarrolla la cuestión de la muñeca a la que le saca las piernas y le pone un cuchillo entre las piernas diciendo que los bebés nacen así. Es mostrar cómo la angustia produce una pérdida de goce, y demuestra cómo Hans construye su posición edípica. Y finalmente la última escena de la construcción de su posición edípica es la elaboración de Hans con el instalador que viene a desajustar el grifo, y luego ajustarlo y poner otro grifo. Es una manera de decir “acepto la castración, que es perder el pene del goce y poner en sustitución el pene con el que yo voy a identificarme a mi padre”.

 

Bueno, hay justo la cuestión de si en la sociedad actual hay todavía fobias como la fobia de Hans. Es verdad que hay fobias al perro que puede morder, cosas así existen, pero con un caballo no. Me parece que no es como antes, no hay tanto como antes, no hay tantas fobias como antes, me parece. No sé cómo se presenta aquí pero en la clínica en Francia no hay.

 

Me pregunté por qué y me parece que lo que la sociedad ofrece, lo que propone con todos estos instrumentos del video, de los gadgeds, de las imágenes del superhéroe, tapa la hiancia de la angustia. El efecto de tener un superhéroe es un cortocircuito que impide que el niño se mesure con su angustia, la angustia de lo real del goce, porque son objetos del goce. El niño y la niña van a decir “Bueno, yo tengo el objeto del goce”, está permitido porque está en todos lados y yo lo tengo y no va subjetivar la castración como debería hacerlo.

 

Pero ¿en qué síntomas se ve esta ausencia de subjetivación de la castración? Se ve en fobias escolares y quizás es un aspecto diferente de antes. No sé si sucede acá en España pero en Francia los profesores se quejan de que no hay concentración como antes, que los niños no pueden concentrarse y no pueden trabajar mucho tiempo sobre un tema como antes, se les escapa la concentración. Dicen que son captados por la mirada pero no hay el aspecto de elaborar el pensamiento como antes, de jugar, de cómo pensar y no pensar. Eso ha desaparecido. Me parece que es un desplazamiento del síntoma, que no hay este miedo, que parece un poco el miedo del campo, donde están los caballos, es un miedo que tenemos allá, miedo de los caballos, se puede pensar así pero es un buen miedo, útil, de campo, primario quizás pero útil para la subjetivación. Pero estos gadgeds que cautivan el goce, hacen caer en una trampa, la trampa de que el goce es accesible, y que eso se puede hacer. Es terrible como efecto.

 

 

Desgrabación: Isabel Martínez

Puntuación: Lola López

Barcelona 21 de mayo de 2015